miércoles, 2 de mayo de 2012

Mi postal de madre


Mami y Moi (soy la que está
envuelta como un pastel)

Se acerca el Día de las Madres y todos se acuerdan de ese ser especial que los trajo al mundo y los crió con el amor y el respeto que todos nos merecemos. Hacemos homenajes, compramos costosos regalos, y los coronamos con una tarjetita comprada con un mensaje genérico para una madre de cartón.
Pues yo no. Este año honraré a la madre que me parió con mi propia tarjeta especial.

Querida madre:

Como te he dicho en varias ocasiones, tengo muchas cosas qué reprocharte. Así que aquí te incluyo la lista que he recopilado por los pasados 40 años:

1. Nunca nos llevaste a Disni. No conocimos a Miki ni a Mini. En su lugar, nos llevabas a la playa todos los veranos, por unos días, con un montón de gente (vecinos y familiares), y la pasábamos pésimamente. Siempre estábamos cansadas porque nos aburríamos todo el día correteando y escondiéndonos en cualquier rincón posible. Si no, teníamos que ir a las canchas a jugar con niños a quienes tampoco llevaron a Disni, o jugar en la arena con otros tantos, o correr bicicleta, o caminar hasta la tiendita, o jugar en las maquinitas (sí señor, “Space Invaders” y “Gálaga”). ¡Qué infelices fuimos!

2. Tras de que pasábamos el día entero en la escuela, encima teníamos que ir a las actividades extracurriculares: torneos, “talent shows”, bailes, misas, pasadías, etc. No era porque nos ofreciéramos de voluntarias para TODO. ¡No te equivoques! Solo queríamos darte la oportunidad de socializar con otros padres.

3.  Todos los domingos…a misa. ¡Qué pesada! Pero nosotras fuimos más listas. Para librarnos de esta tortura decidimos coger misa a una hora muy inconveniente para ti (6 pm), nos metimos en el grupo de jóvenes y, ¡pa’ chavar! también nos metimos en el Círculo de Oración.

4.  Pudiendo haberme quedado en casa durmiendo, como todos los de mi edad; había que visitar a los abuelos por lo menos una vez a la semana. ¡Qué mal la pasábamos! Papi Ange, Mami Aida, Mama Chala, y la demás parentela (que no voy a mencionar porque están todos vivos) contando historias de su niñez y juventud, cuando brincaban verjas en pijamas de bata y le declaraban el amor a su novia por una ventana entreabierta. No me acuerdo de ningún cuento de esos y en nada han contribuido a mi gusto por la literatura.

En fin, tengo funestas memorias de mi niñez: viajes por la isla con el caldero de arroz y paradas en la carretera; carreras en yaguas y cuando no había yagua, a mahón pela’o; días de playa, visitas a familiares cercanos y lejanos, abuelos postizos, Promesas de Reyes…todas como para hacer rico a un siquiatra.

¡Qué más te puedo decir! Gracias mami, porque no nos diste lo que todos tenían, sino justo lo que necesitábamos para ser mujeres íntegras física, espiritual y moralmente. Sabes que te amo con la vida, en esta y en la próxima.

Volverán, volverán, volverán. Las oscuras golondrinas volverán, mas aquellas que aprendieron nuestros nombres, partirán, partirán, partirán.

Y no se pierdan porque esta madre, como todos los superhéroes, no actuaba sola, sino que contaba con el apoyo… del peor padre…

8 comentarios:

  1. ¡Gracias Carly! Jajaja, no hay que ser muy genio para sacarle en cara a los padres todas estas barbaridades 8->

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  2. Me hiciste llorar. Recorde muchas cosas de mi mama. Espero que yo pueda darle a mis hijos recuerdos de experiencias y no de cosas materiales. A veces me da tristeza que mis hijos (y yo) solo pueden ver a sus abuelos 1 o 2 veces al ano. Asi que los que pueden que aprovechen a sus mamas y les den mucho carino y tiempo.

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    1. Nosotros tratamos de verlos una vez al mes, pero jamás es lo mismo que vivir ahí cerquita e ir cuantas veces a una le dé la gana. Es cierto, los que esté cerquita, aprovechen estas oportunidades de ORO.

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  3. Diablos el caldero de arroz. Eso ya no se hace como antes. Me fui en regresión.

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    1. Hace unos días vimos lo más cercano al caldero de arroz en muchos años: un matrimonio fuera del paseo del expreso (en la grama), la mamá lactando al bebé sentada en su silla de playa, y el papá paseando al perro por la grama...priceless. Todavía hay esperanza.

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  4. Se te olvido que era la hoya de arroz y los pasteles. Ahh y no te olvides de esos "horribles" viajes a la Feria de las Flores en Aibonito. Que mucho "odiabamos" el que nos compraran una matita a cada una. Este viaje si que era odioso a cierto punto: Ir hasta el Monte del Estado, llevar el traje de baño con la promesa de que ibamos a tirarnos a la piscina ... ah maldita suerte que siempre estaba frio para meterse en la piscina ( no que les da catarro o asma) ja ja.

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    1. OOohhhh!! Qué viaje!! el Festival de las Flores y cada una con un tiesto de dondiegos y no sé qué otras más. JAJAJA es que la lista es larga y necesito como 20 días de blog para presentar mis reclamos!!

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