lunes, 8 de abril de 2013

Santo remedio

¿Cuántos recuerdan haberle dado par de cantazos al televisor para que se arreglara la señal? Hay soluciones que no pasan de moda, no importa la tecnología que uses.

Recientemente estuve una semana con la bocina de mi teléfono fuera de servicio. No sonaban los timbres, ni los avisos, ni la radio...una pesadilla. Esa semana estuve con el teléfono frente a la cara constantemente para verlo cuando entrara una llamada.

Gracias a las palabras de mi sobrino, su gran lógica y conocimiento sobre la tecnología moderna, di con la solución.

SOBRINO: Tití, abre el teléfono y pásale el "blower" frío.

YO: ¡Pero si no se ha mojado!

SOBRINO: Yo lo sé, pero fue lo que hice con el mío y salió funcionando.

YO: Pero eso no tiene ningún sentido.

SOBRINO: Así es la tecnología.

Obviamente, no le creí. ¡Era una locura que iba en contra de todo raciocinio sobre las posibles razones de la mutez de mi querido teléfono!

Dos días después, y lista para acudir a la tienda a embrollarme con otro teléfono nuevo, decidí agotar mi último recurso, la locura total... Le quité la armadura al teléfono y soplé por los rotitos de la bocina.

¡MILAGRO, MILAGRO, MILAAAAAAAAGGROOOOOO! (Y una lagrimita que me brotó por una esquinita del ojo izquierdo) La bocina salió funcionando como si nada.

No me pregunten, pregúntenle al sobrino a quien le espera una brillante carrera en la tecnología; porque logró captar lo incomprensible de la modernidad, ese silogismo claro que se le presenta dentro del caos y el marasmo.

Lo que sé es que ahora aplicamos ese simple razonamiento para todo. ¿Se dañó el motorcito de la barredora? Pues la pieza fue cuidadosamente desarmada y, después de un buen soplo, ya barre de lo más bien.

Ahora hay que bregar con un fallito que tiene la guagua, así que se desarmará el motor y la transmisión... ¡Y a soplar se ha dicho!

¿Qué remedios extraños has encontrado para tus problemas?

Hombre junto a máquina de aire comprimido.
¡Me voy a hacer millonaria!