martes, 28 de febrero de 2012

Odio dibujar

Admiro a la gente que puede hacer cosas con sus manos. Me refiero a dibujar, pintar, coser, tejer, tocar algún instrumento, y otras por el estilo. En cierto sentido, digo que los envidio porque me gustaría tener el talento de crear cosas nuevas y hermosas con mis manos. Pero reconozco que lo más artístico que puedo hacer con mis manos es meter los dedos en el teclado y vaciar mi alma y corazón (blanco o negro) de esta manera.

Pues me gustaría que el mundo entendiera que todos tenemos un talento para algo, pero no todo el mundo tiene talento para lo mismo.

 

¿A qué viene esto? ¿Cuál es el trauma de hoy?

En las escuelas vemos cómo los maestros se valen de la herramienta del dibujo para que los niños expresen situaciones y emociones que a lo mejor no pueden expresar en palabras. Eso está muy bien, y sé que los maestros saben reconocer la calidad y los mensajes de esos primeros dibujos.

Pero opino que en algún momento del desarrollo ya el dibujo deja de cumplir una función comunicativa y de destreza motora para convertirse en una verdadera pesadilla y complejo existencial.

Les voy a contar la historia de Pepepito. Ok, les voy a resumir la historia de Pepepito:

Pepepito era un niño muy normal que dibujaba, a sus tiernos 4 añitos, con palitos y circulitos. Mamá lo llevó a un sicólogo muy inepto a hacerle la *&^%$# prueba sicométrica para entrar en la escuela primaria. En su evaluación del dibujo del niño, el supuesto profesional de la sicología comparó el dibujo "infantil" de Pepepito con el de otro niño de la misma edad que, si no me equivoco, se llamaba Batmansito Marvel. Este pedazo de ser humano le dijo a mamá que las destrezas de Pepepito estaban atrasadas, aunque tenía que reconocer que el Batmansito estaba más adelantado de lo normal. WTF!

Así siguió Pepepito por la vida, muy brillante en sus estudios, pero muy fatal en sus dibujos (según el Dr. crítico de arte). Cada vez que había una tarea que requería dibujos, las hacía a moco tendido y sufriendo porque los compañeros del salón se burlarían de su obra. De nada sirvió que mamá le enseñara los dibujos de un loco que dibujaba cabezas en forma de triágulo y no tenía conocimiento de las proporciones (un tal Picasso).

Así ha sobrevivido Pepepito sus años escolares y sus traumas. Pero se ha encontrado que, todavía en escuela intermedia y superior, le siguen pidiendo benditos dibujos para TODOS los proyectos que se inventan los maestros. ¿Qué pasó con la búsqueda de láminas, los "collages", inventa una historia, escribe un poema? ¿Por qué todo requiere que "uses tu imaginación y dibujes" sobre tal y cual tema?

Hay millones de técnicas. Mamá las conoce todas: calcar, papel carbón, dibujo a presión sobre cartón... you name it. Pero no deja de ser un trauma para Pepepito que sus compañeros le digan que eso no lo hizo él, aunque se haya amanecido buscando láminas y pasándolas al proyecto.

Tengo más dudas con las que tengo material suficiente para escribir un libro...¿para qué quiero saber dibujar un mapa a ojo? ¿por qué no puedo usar la computadora para mis proyectos cuando en la escuela me dan clases para aprender a usarla y buscar información? ¿para qué sirven las fórmulas cuadráticas en la vida cotidiana? ¿cuándo pasó de moda el fieltro y llegó el "foamie"?



Las Meninas de Picasso
 

3 comentarios:

  1. Me identifico mucho con el tema. Zapatero a su zapato. Si un chico no tiene habilidad para dibujar, no se le puede penalizar por esto. Hay otras formas de expresión.

    ResponderEliminar
  2. Lo peor: Picasso con 15 años manejaba un realismo sorpredente, aún más con sus academias a carboncillo

    ResponderEliminar
  3. Todo el mundo tiene desperfectos.

    ResponderEliminar

Y tú...¿qué crees?