jueves, 21 de junio de 2012

¿Qué es esta nueva cepa de viejos?

Escucho esta conversación en la sala de espera:

M: yo no quiero ser un estorbo para mis hijos.

F: estoy de acuerdo con usted. Yo le tengo dicho a mis hijos que cuando chave mucho, me pongan en un "home".

M: ¡Ah! Pues yo no. A mí que me pongan dos mujeres que me cuiden que para eso planifiqué mi retiro. ¡Que Dios me libre que mi única hija mujer quiera cuidarme y su matrimonio se arruine por culpa mía! Que le paguen a una mujer que me cuide en mi casa y si no me queda dinero, que hagan un "reverse mortgage" y le paguen con eso.

¿CÓÓÓÓÓÓMO?

¡Menos mal que estábamos en el hospital, porque empecé a fibrilar y pudieron atenderme rápido! (No, mentira. Pero que por poco infarto, sí, es cierto.)

¿Desde cuándo se ha convertido en un valor que debemos enseñar a nuestros hijos el abandonar a nuestros padres ancianos al cuidado de otros? Hoy en día todo se paga con dinero, y se recibe un buen servicio; porque no les voy a negar que muchos de esos cuidadores son personas muy dedicadas y con mucho amor para dar. Pero no quita el espanto que me provoca el que nuestros propios viejos decidan que cuando no se puedan valer por sí solos los entreguemos en manos de otros. Con esto pretenden quitarnos la responsabilidad de velar por su bienestar después que con tanto amor y dedicación nos cuidaron y nos criaron para ser seres humanos compasivos y serviciales.

¿Será un efecto de las tendencias modernas? La tendencia de que ya no cuidamos a los niños en nuestras casas y ni siquiera hacemos las asignaciones con ellos cuando son pequeños, porque pagamos "estudios supervisados" donde les ayudan hasta a estudiar para los exámenes y a hacer los proyectos.

No juzgo. Cada cual tiene sus realidades, necesidades y limitaciones; y cada cual se acoge a estas soluciones con distintos grados de amor y compromiso. Pero me resulta altamente preocupante este total despegue de lo que considero importantes valores familiares: el amor a nuestros viejos, el respeto, la dedicación. El tiempo que invertimos en nuestros padres y abuelos no es un sacrificio. Es una inversión en aprendizaje, amor, compasión, entendimiento, sabiduría y tantas otras virtudes que se deben pasar de generación en generación.

De los problemas más profundos que atacan nuestro País la violencia es uno de los más graves. La base de la sociedad, la familia, ha sido trastocada malamente en su forma y valor. No hay consideración para los animales, para los niños, para las mujeres, para los viejos, para los maestros, para los policías... Es un constante mierdero sin fin que nos lleva a mirar todas las veces al mismo lugar...¿El gobierno? No. La familia.

Hagamos un verdadero esfuerzo por restituir la dignidad a nuestros viejos. Hagámosle ver que forman parte importante de la familia. Enseñemos a nuestros niños lo mucho que necesitamos a nuestros padres cuando buscamos un consejo, una opinión. Después, veamos cuánto brilla el reflejo en ese espejo.



2 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo contigo! A nuestros viejos hay que cuidarlos y atenderlos con respeto y dignamente pues ellos nos levantaron y nos hicieron quienes somos ahora.

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    1. Sembremos esta semilla en las nuevas generaciones!

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