jueves, 28 de junio de 2012

Mi padre muy padre

Papi siempre ha sido un gran misterio para mí. Hacía cosas que no tenían lógica. Pero ahora que soy adulta es que esos misterios me han sido revelados después de mirarlos con otros ojos.

Trata de ser complaciente con sus hijas en todo. Por eso, el día que el patito de mi hermana menor murió trágicamente (ahogado en su ponchera con agua) él sustituyó la pérdida con dos GANSOS. Los trató de hacer pasar por patos para que no les tuviéramos miedo, pero lo bueno de tener una madre que se crió en el campo es que ella rápido supo la diferencia. Eso no quitó que como quiera nos quedáramos con ellos y que sufriéramos corridas y picadas de los muy malditos.

Puede faltar cualquier cosa, pero que no falte la comida y la bebida. Por eso, cuando íbamos a los "field days", llevaba una nevera de playa (note el lector que no digo "neverita" de playa como se refiere comúnmente, porque de lo que hablo es de una NEVERA) llena, repleta y desbordándose de jugos, refrescos y agua. No porque fuéramos unas bebedoras compulsivas, sino porque de esas provisiones cogía la escuela entera contando a la facultad y administración. ¿Y los sandwiches? ¡Imagínense! El field day podía durar tres días y todavía teníamos comida. Eso no tiene nada que ver con que hoy día me apertreche de picadera y jugos para los field days y jiras de mis chicos. La razón de este descabellado aprovisionamiento es que no es de buena educación comer y beber delante de otras personas si no les vas a ofrecer a ellas también.

Ningún trabajo es poco. Papi ha hecho de todo: guardia de seguridad, chofer de carro público, cobrador del periódico, manejador de cafetería. Y algunos de estos trabajos los realizó concurrentemente porque eran 5 mujeres que había que mantener, y tenían que educarse en un colegio (sin entrar en otras consideraciones y gastos especiales de tener solo chicas). Sin contar las dos veces que se vistió de Santa Claus, porque por ese no cobró. Lo bueno de los trabajos de papi era su informalidad. Podía hacer sus propios horarios para no perderse nuestras actividades. También teníamos la ventaja de visitarlo en su doble turno (guardia de seguridad) para llevarle comida. Siempre había uno o dos perritos que lo acompañaban en su jornada y eran nuestras mascotas adoptivas. Mami les sacaba también comida a ellos y jugábamos un rato mientras papi comía y conversaba con mami.

No hay que tener una razón para pasear. Podía estar cayendo el Diluvio Universal, y papi se antojaba de un paseo en carro. ¿Para qué? Para pasar por debajo de los chorros de agua de los desagües de los techos...¡Era una fiesta para nosotras! ¿Una noche calurosa de verano? Nos montaba en el carro y llegábamos hasta Maricao o a donde llegara la carretera. ¿Fin de semana? Pa' la isla a algún festival. Son las pequeñas cosas las que recordamos con mayor cariño.

No será muy de iglesia, pero es un ser espiritual. Recuerdo la gran cantidad de libros de temas esotéricos, de extraterrestres y otros asuntos periféricos que leía con avidez. Mucho de eso se pasó a mi DNA. Mis visiones del mundo físico y espiritual tienen mucho de papi, entre otros. En ese aspecto no tengo dudas. Mami, cultivó mi alma...papi, mi espíritu.

Algo así y mucho más es mi padre muy padre. No deja de sorprenderme su creatividad.

 

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