Mami y Moi (soy la que está envuelta como un pastel) |
Se
acerca el Día de las Madres y todos se acuerdan de ese ser especial que los
trajo al mundo y los crió con el amor y el respeto que todos nos merecemos.
Hacemos homenajes, compramos costosos regalos, y los coronamos con una
tarjetita comprada con un mensaje genérico para una madre de cartón.
Pues
yo no. Este año honraré a la madre que me parió con mi propia tarjeta especial.
Querida
madre:
Como
te he dicho en varias ocasiones, tengo muchas cosas qué reprocharte. Así que
aquí te incluyo la lista que he recopilado por los pasados 40 años:
1. Nunca
nos llevaste a Disni. No conocimos a Miki ni a Mini. En su lugar, nos llevabas
a la playa todos los veranos, por unos días, con un montón de gente (vecinos y
familiares), y la pasábamos pésimamente. Siempre estábamos cansadas porque nos
aburríamos todo el día correteando y escondiéndonos en cualquier rincón posible.
Si no, teníamos que ir a las canchas a jugar con niños a quienes tampoco
llevaron a Disni, o jugar en la arena con otros tantos, o correr bicicleta, o
caminar hasta la tiendita, o jugar en las maquinitas (sí señor, “Space Invaders”
y “Gálaga”). ¡Qué infelices fuimos!
2. Tras
de que pasábamos el día entero en la escuela, encima teníamos que ir a las
actividades extracurriculares: torneos, “talent shows”, bailes, misas,
pasadías, etc. No era porque nos ofreciéramos de voluntarias para TODO. ¡No te
equivoques! Solo queríamos darte la oportunidad de socializar con otros padres.
3. Todos
los domingos…a misa. ¡Qué pesada! Pero nosotras fuimos más listas. Para
librarnos de esta tortura decidimos coger misa a una hora muy inconveniente
para ti (6 pm), nos metimos en el grupo de jóvenes y, ¡pa’ chavar! también nos
metimos en el Círculo de Oración.
4. Pudiendo
haberme quedado en casa durmiendo, como todos los de mi edad; había que visitar
a los abuelos por lo menos una vez a la semana. ¡Qué mal la pasábamos! Papi
Ange, Mami Aida, Mama Chala, y la demás parentela (que no voy a mencionar
porque están todos vivos) contando historias de su niñez y juventud, cuando
brincaban verjas en pijamas de bata y le declaraban el amor a su novia por una
ventana entreabierta. No me acuerdo de ningún cuento de esos y en nada han
contribuido a mi gusto por la literatura.
En
fin, tengo funestas memorias de mi niñez: viajes por la isla con el caldero de
arroz y paradas en la carretera; carreras en yaguas y cuando no había yagua, a
mahón pela’o; días de playa, visitas a familiares cercanos y lejanos, abuelos
postizos, Promesas de Reyes…todas como para hacer rico a un siquiatra.
¡Qué
más te puedo decir! Gracias mami, porque no nos diste lo que todos tenían, sino
justo lo que necesitábamos para ser mujeres íntegras física, espiritual y moralmente.
Sabes que te amo con la vida, en esta y en la próxima.
♪Volverán, volverán, volverán. Las oscuras
golondrinas volverán, mas aquellas que aprendieron nuestros nombres, partirán,
partirán, partirán.♪
Y
no se pierdan porque esta madre, como todos los superhéroes, no actuaba sola,
sino que contaba con el apoyo… del peor padre…
Eres genial !
ResponderEliminar¡Gracias Carly! Jajaja, no hay que ser muy genio para sacarle en cara a los padres todas estas barbaridades 8->
ResponderEliminarMe hiciste llorar. Recorde muchas cosas de mi mama. Espero que yo pueda darle a mis hijos recuerdos de experiencias y no de cosas materiales. A veces me da tristeza que mis hijos (y yo) solo pueden ver a sus abuelos 1 o 2 veces al ano. Asi que los que pueden que aprovechen a sus mamas y les den mucho carino y tiempo.
ResponderEliminarNosotros tratamos de verlos una vez al mes, pero jamás es lo mismo que vivir ahí cerquita e ir cuantas veces a una le dé la gana. Es cierto, los que esté cerquita, aprovechen estas oportunidades de ORO.
EliminarDiablos el caldero de arroz. Eso ya no se hace como antes. Me fui en regresión.
ResponderEliminarHace unos días vimos lo más cercano al caldero de arroz en muchos años: un matrimonio fuera del paseo del expreso (en la grama), la mamá lactando al bebé sentada en su silla de playa, y el papá paseando al perro por la grama...priceless. Todavía hay esperanza.
EliminarSe te olvido que era la hoya de arroz y los pasteles. Ahh y no te olvides de esos "horribles" viajes a la Feria de las Flores en Aibonito. Que mucho "odiabamos" el que nos compraran una matita a cada una. Este viaje si que era odioso a cierto punto: Ir hasta el Monte del Estado, llevar el traje de baño con la promesa de que ibamos a tirarnos a la piscina ... ah maldita suerte que siempre estaba frio para meterse en la piscina ( no que les da catarro o asma) ja ja.
ResponderEliminarOOohhhh!! Qué viaje!! el Festival de las Flores y cada una con un tiesto de dondiegos y no sé qué otras más. JAJAJA es que la lista es larga y necesito como 20 días de blog para presentar mis reclamos!!
Eliminar