Todo Puerto Rico sigue y conoce el caso del "niño Lorenzo", y no pasa un día sin que algún medio nos recuerde que ya va para tantos días, horas y minutos sin esclarecer.
Pero ¿Por qué nadie ha contado los días horas y minutos que lleva sin esclarecer la masacre de San Juan Park? ¿Alguien recuerda los nombres de los tres angelitos que fueron BRUTALMENTE asesinados junto a su madre? Pues eran Néstor, Jeremy y Yariel; y la madre que luchaba por sacarlos adelante, Lorenis.
Paso diariamente por San Juan Park y por la escuela donde estudiaban Néstor y Jeremy. No puedo sacarme de la mente la imagen de sus compañeritos de escuela, maestros y padres en los días que siguieron ese 20 de marzo de 2011. ¿Cómo son las vidas de esos niños? Muchos de ellos viven en San Juan Park. ¿Cómo ven sus propias vidas dentro de la comunidad en donde Néstor y Jeremy pelearon por sus vidas y perdieron? ¿Cómo viven los vecinos del área por donde un día jugaron esos niños bajo la mirada vigilante de Lorenis?
Y sobre todo ¿Por qué este caso no se sigue en los medios? ¿Por qué nadie recuerda al niño Néstor, al niño Jeremy, ni al niño Yariel? ¿Es porque vivir en una urbanización cara en Dorado es más noticia que vivir en una comunidad humilde con problemas reales? ¿O es que nos da más miedo conocer quién fue capaz de tanta brutalidad? ¿O tememos descubrir que alguien escuchó los gritos desesperados y las voces amenazantes y no se atrevió a hacer algo?
Tenemos una memoria muy corta. No queremos recordar estas tragedias para pensar que nunca ocurrieron aquí. ¿Entonces, quién pedirá justicia para estos niños si no preguntamos por ellos, si no sabemos ni sus nombres?
Cuando se resuelva el caso del niño Lorenzo, una familia, o dos, recibirán "justicia". Habrán descubierto quién hizo qué y por qué, recibirán sus castigos y llorarán la pena.
Cuando se resuelva el caso de los niños Néstor, Jeremy y Yariel, recibirá "justicia" toda una comunidad que vive amenazada y aterrorizada por el mercado de las drogas frente a sus puertas. Pero, en especial, se salvarán los niños de San Juan Park.
¿De qué lado se inclina la balanza de nuestra justicia?
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