Esta semana se regó como la pólvora que los relacionistas públicos del bajo mundo han revelado esta supuesta práctica de probar la tolerancia de la gente a cambio de dinero o de su vida. WTF?
Pero lo más impresionante son los resultados inmediatos de esta Invitimidación. En todas partes escuchas expresiones como:
· "Ahora tendré que estar más pendiente de no tocarle bocina a la gente."
· "Tengo que tratar de no pegarme a los demás carros por si hay que salir corriendo."
· "¿De cuánto dinero estamos hablando?"
O sea, llevamos AÑOS tratando de inculcarles valores a nuestros niños, tolerancia a nuestros jóvenes, y paciencia a nuestros adultos. Terminamos un año en que la orden del día fue la intolerancia, los asesinatos, el maltrato. Y de repente, en 3 o 4 días, la gente está considerando seriamente cambiar su conducta a raíz de esta campaña de Invitimidación.
A veces pienso que Nicolás Maquiavelo, en El Príncipe, tenía razón de cierto modo. Para un gobernante es mejor ser temido que ser amado. Los súbditos responden mejor al miedo, que al cariño y al respeto. Es por eso que nuestro pobre Señor Jesucristo fue crucificado, porque no querían seguir las enseñanzas de un hombre bueno que enseñara la paz, el amor y la tolerancia. Y piensa tú entonces, ¿quién gobierna tu vida? ¿el amor o el temor?
Por mi parte, soy paciente en el tapón si llevo buena música o conversación. Pero eso sí, seguiré ejerciendo mi derecho a la libre bocinación cada vez que la gente reduzca la velocidad para averiguar lo que pasa en el paseo del expreso. Y como medida preventiva, he decidido que cada vez que toque bocina, sacaré una foto de la tablilla del vehículo frente a mí y la postearé por todos los medios posibles, por si acaso…